Somos muchos los que alquilamos un espacio para vivir. Un lugar que si bien no es nuestro, en cierto sentido nos partenece.
Allí pasamos muchas horas al día y varios años de nuestra vida. Entonces por qué no hacerlo nuestro lugar?
Cuando alquilamos nos cuesta apropiarnos del espacio. Más es importante que lo sintamos propio, nuestro hogar.
Qué tal si le empezamos a dar amor?
Mi hogar: mi santuario.